Alejarse hacia el centro

Mi primera novela, Monte Alma, empezaba en un lugar de Siria. La segunda, Principes Mundi, en Mesopotamia. La tercera, si alguna vez la escribo, empezará en Persia. Da la sensación de que con cada novela me alejo un poco más de Occidente. O más bien me voy acercando a otra cosa, a un punto de confluencia entre continentes, al centro geográfico entre África, Europa y Asia, o si lo prefieren del Viejo Mundo, o Afro-Eurasia, que no parece tan viejo. A ese centro geográfico en el que converge el mundo antiguo se aproxima lo que escribo. Sin haber hecho cálculos geométricos ni haber encontrado información exacta al respecto, sitúo ese punto de confluencia en Irán. Allí quiero ir. Como viajero, como escritor.
 

Miniatura persa de la dinastía safávida (1501-1736), pertenecientes a The David Collection, Copenhage. Enlace.