Mi definición de novela histórica

No me gustan mucho las definiciones, pero ahí va mi propuesta:

La narrativa histórica es el desarrollo literario de una hipótesis no demostrable, y tampoco refutable, sobre una determinada época o personaje histórico.

Vayamos por partes:

¿Qué es una hipótesis no refutable? Imaginemos, por ejemplo, que digo la siguiente frase: "El rey hitita Tahurwaili era pelirrojo". Seguramente no podré demostrar la veracidad de ese aserto, pero tampoco nadie podrá demostrar que es falsa, es decir, refutarla.

¿De qué serviria una frase de ese tipo en el terreno de la ciencia histórica? De muy poco, o más bien de nada. Sería una afirmación gratuita, o un ejemplo de 'hablar por hablar'. Sin embargo, esa irrefutabilidad es el principal factor que genera ficción histórica.

Porque al fin y al cabo somos humanos, y nos gusta la ficción.

En una novela, el autor o autora nos está proponiendo personajes y situaciones basados en la historia, pero no como una tesis de hechos contrastados sino como un relato unitario basado en afirmaciones. Su idea, su hipótesis, se convierte en idea literaria. En el discurso histórico científico, en cambio, se apuntan varias teorías, se evalúa la veracidad de las mismas y se contrstan los datos existentes.

Hace unos siglos, los historiadores se dedicaban sobre todo a construir relatos históricos llenos de afirmaciones y dotados de una lógica interna que parecía justificar el conjunto. Hoy en día, los historiadores, al menos los serios, trazan un esquema interpretativo que puede servir para reconstruír aproximadamente el pasado. Expresan dudas, exponen alternativas, tratan los datos con minuciosidad y precaución.

Pero yo no soy historiador. Cuando escribo ficción histórica me nutro del trabajo de los historiadores y luego elaboro mis propias hipótesis creativas y construyo, si puedo, mi relato.