El cine de Akerman es sin duda personalísimo, vanguardista y experimental. Su primer corto, Saute ma ville (1968), que vi ayer en YouTube, bebe del cine experimental norteamericano, incluso me atrevería a decir, también, de esas Margaritas (1966) de la checa Vera Chytlova, otro referente en el mundo de las directoras de cine. En Jeanne Dielman percibo quizá la influencia de Rainer Maria Fassbinder, lo cual tampoco es de extrañar dada la época. El tratamiento estético y existencial de la protagonista tiene algo de esas mujeres tan particulares que retrató Fassbinder en películas como Las amargas lágrimas de Petra von Kant (1972). Los años setenta me tocan en lo personal, de ahí que sienta cierta predilección por películas hechas en aquellos tiempos con ganas de romper moldes. Jeanne Dielman rompe algún que otro molde. La recomiendo vivamente. Entre otras cosas, también, por la magistral interpretación de la actriz Delphine Seyrig en el papel principal.
Chantal Akerman
En octubre del año pasado fallecía la cineasta belga Chantal
Akerman, cuyo nombre me era desconocido hasta hace semana y media, cuando oí
hablar de su obra cumbre, Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080
Bruxelles (1975), película de más de tres horas de duración que me
planteé ver como uno de esos retos, diciéndome a mí mismo: "a ver si logro
llegar al final". Pues bien, después de verla hasta el final me doy
cuenta de que, como muchos apuntan, es una verdadera obra de arte. También se
ha apuntado alguna vez que es la primera obra maestra cinematográfica dirigida
por una mujer, lo cual también merece una reflexión.
El cine de Akerman es sin duda personalísimo, vanguardista y experimental. Su primer corto, Saute ma ville (1968), que vi ayer en YouTube, bebe del cine experimental norteamericano, incluso me atrevería a decir, también, de esas Margaritas (1966) de la checa Vera Chytlova, otro referente en el mundo de las directoras de cine. En Jeanne Dielman percibo quizá la influencia de Rainer Maria Fassbinder, lo cual tampoco es de extrañar dada la época. El tratamiento estético y existencial de la protagonista tiene algo de esas mujeres tan particulares que retrató Fassbinder en películas como Las amargas lágrimas de Petra von Kant (1972). Los años setenta me tocan en lo personal, de ahí que sienta cierta predilección por películas hechas en aquellos tiempos con ganas de romper moldes. Jeanne Dielman rompe algún que otro molde. La recomiendo vivamente. Entre otras cosas, también, por la magistral interpretación de la actriz Delphine Seyrig en el papel principal.
El cine de Akerman es sin duda personalísimo, vanguardista y experimental. Su primer corto, Saute ma ville (1968), que vi ayer en YouTube, bebe del cine experimental norteamericano, incluso me atrevería a decir, también, de esas Margaritas (1966) de la checa Vera Chytlova, otro referente en el mundo de las directoras de cine. En Jeanne Dielman percibo quizá la influencia de Rainer Maria Fassbinder, lo cual tampoco es de extrañar dada la época. El tratamiento estético y existencial de la protagonista tiene algo de esas mujeres tan particulares que retrató Fassbinder en películas como Las amargas lágrimas de Petra von Kant (1972). Los años setenta me tocan en lo personal, de ahí que sienta cierta predilección por películas hechas en aquellos tiempos con ganas de romper moldes. Jeanne Dielman rompe algún que otro molde. La recomiendo vivamente. Entre otras cosas, también, por la magistral interpretación de la actriz Delphine Seyrig en el papel principal.
Subscriure's a:
Comentaris del missatge (Atom)
2 comentaris:
La preguna és: ¿com es pot aconseguir?
Un dia quedem i te la passe, no problem.
Publica un comentari a l'entrada