Druso, Bolzano y el hombre de hielo. (3): Las estatuas.

La región de Südtirol, llamada en italiano Alto Adige, o conocida también como Provincia de Bolzano, fue anexionada por Italia en el año 1918, al término de la Primera Guerra mundial, e incorporada a una región más amplia, cuya capital era Trento. Así pues, el año que viene se cumple el centenario de esta peculiar situación geopolítica, en la que un territorio de habla alemana pasó a formar parte de Italia.

Lo primero que llama la atención al adentrarse en el Südtirol, aparte de los impresionantes paisajes de montaña, es el omnipresente bilingüismo italiano/alemán que impera de manera oficial en todas las señalizaciones viarias. Las ciudades tienen todas un doble nombre alemán e italiano, p.e. la propia capital (Bolzano/ Bozen) y otras localidades, ya sean grandes o pequeñas: Bressanone/Brixen, Bruneck/Brunico, Dobbiaco/Toblach, etc. También ríos y montañas, lagos y valles aparecen con la doble denominación, tal como se puede ver en esta foto (link).

A lo largo de la historia, el Südtirol ha sido un territorio disputado, aunque el factor más determinante ha sido siempre su relación con Austria y más concretamente con el Tirol austriaco (región de Innsbruck), pero las vueltas de la historia han querido que en los últimos tiempos fome parte de la República Italiana. ¿Cuáles fueron las consecuencias de la anexión? A partir de los años veinte, con el ascenso del fascismo en Italia, se acentuó el proceso de italinización del Südtirol, que consistía, entre otras cosas, en asentar población italianoparlante en la zona. Personajes como Ettore Tolomei, ultranacionalista de origen trentino, pusieron todo su empeño en que el proceso de italianización se llevara a cabo.

La Segunda Guerra Mundial no supuso ningún cambio de fronteras, aunque sí el final del fascismo. En 1946, los gobiernos de Austria e Italia alvanzaron un importante acuerdo sobre el Südtirol, que culminó en 1948 con el primer estatuto de autonomía. El acuerdo parecía favorable a las aspiraciones de la mayoría germanófona del Alto Adige, pero tenía un importante defecto: con él nacía una nueva región, denominada Trentino-Alte Adige, en la que se diluía una vez más el elemento germanófono. Esto provocó un resurgimiento de los sentimientos nacionalistas en la zona, que empezaban a tener plasmación política con el recientemente creado Südtiroler Volkspartei, un partido que sigue siendo hegemónico en la zona. Hubo también multitud de manifestaciones y protestas, incluso actos de sabotaje llevados a cabo por la Befreiungsausshuss Südtirol, fundada en 1956. Todo ello culminó en 1972 con un nuevo estatuto que concedía mayor autonomía a la provincia de Bolzano. La posterior entrada de Austria en la UE y la desaparición de las fronteras, puso el debate nacionalista en otros términos.

¿Qué queda hoy en día de todas aquellas tensiones? A simple vista, más bien poco. Bolzano (o Bozen) es un lugar apacible, tranquilo. Sus habitantes circulan por los numerosos carriles-bici que imperan por toda la ciudad, o pasean tranquilos por los bellos jardines que adornan ambas orillas del Isarco, afluente del Adige. Un paseo por el centro histórico le permite al visitante descubrir la arquitectura urbana local, de tintes claramente centroeuropeos. Después de recorrer varias calles y plazoletas, uno llega al espacio urbano más característico de Bolzano: la Plaza Walther, el verdadero corazón de la ciudad. En el centro de la plaza, una solemne estatua dedicada al personaje que le da nombre (la foto es mía).

El tal Walther no es otro que Walther von der Vogelweide, el célebre poeta en lengua alemana de la edad media, célebre por sus poemas y también por su militancia política pro-alemana en una época en la que los diversos reinos de Centro-Europa pugnaban contra el poder de los papas. Todo un símbolo para el nacionalismo alemán. Podríamos decir, pues, que la elección de la estatua no era precisamente inocente... Se erigió en esa plaza de Bolzano en el siglo XIX, en un contexto de auge nacionalista por toda Europa (compárese por ejemplo con el monumento a Arminio en Alemania o el monumento a Vercingetórix en Francia, coetáneos a este).

Imaginemos la situación en 1918, cuando Bolzano y su provincia pasaron a formar parte de Italia... No es de extrañar que a determinados elementos fascistas, en pleno proceso de italianización de la zona, les resultara incómoda la presencia de tal estatua en el corazón mismo de Bolzano. En los años treinta, Ettore Tolomei tuvo una idea que podía solucinar el problema: sustituir la estatua de Walther por la de otro personaje que representara la supuesta italianidad de la zona. ¿Quién podría ser ese personaje? El candidato era evidente: Nerón Claudio Druso, el general romano que incorporó ese territorio a Roma para mayor gloria de Octavio Augusto. Además, corrían tiempos de exaltación de la antiguas glorias romanas, con las que se equiparaban los logros de Mussolini

El proyecto de Tolomei consistía en realizar una reproducción en bronce de la estatua de Druso que se conservaba en el Museo Lateranense de Roma y ponerla en la plaza de Walther, a la que se cambiaría de nombre. Cuando la propuesta llegó a oídos de Mussolini, éste la rechazó. No porque estuviera en desacuerdo con el transfondo ideológico de la misma, sino porque podría suponer una provocación de consecuencias difíciles de calcular. Sin embargo, en 1936, cuando el régimen del Duce estaba alcanzando sus niveles más altos de autoconfianza, Mussolini dio luz verde al proyecto. La estatua de Druso podría lucir finalmente en la plaza principal de Bolzano, por si alguien dudaba de que este era un trozo de la patria italiana.

Sin embargo, el proyecto nunca llegó a materializarse. La copia de la estatua fue realizada, pero quedó en el olvido. Seguramente el bronce fue reutilizado para otros menesteres en tiempos de guerra. ¿A qué se debió ese cambio repentino de idea? Un nuevo elemento geopolítoco había entrado en escena: la Alemania de Hitler. Mussolini pensó que no era el mejor momento para quitarse de enmedio la estatua de un famoso poeta germánico...

Así fue cómo aconteció este breve 'guerra' de las estatuas. La de Walther sigue hoy en día en su sitio; de la reproducción en bronce que iba a sustituirla nunca más se supo. Pero queda aún un pequeño misterio: ¿dónde está la estatua de Druso que sirvió de modelo? En teoría, forma parte de la colección del Museo Gregorio Profano, en el Vaticano, donde fueron llevadas las obras del Museo Lateranense, que ya no existe. Busqué en el catálogo online del museo pero no aparece ninguna estatua de Druso el Mayor. Busqué en Internet y no encontré prácticamente ninguna información al respecto. Y mira que Internet es grande. Tan solo una foto, de muy poca calidad, en una página web (link):

¿Dónde está esa estatua? ¿Expuesta en el museo o guardada en algún almacén? Me gustaría mucho saberlo.

Enlace al primer capítulo de la serie: Cómo conocí a Druso.
Enlace al segundo capítulo de la serie: Ötzi.
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Bibliografía:
- Giardina, Andrea. "Augusto tra due bimillenari", en La Rocca et al., eds. (2013). AVGUSTO, catálogo de la exposición sobre Octavio Augusto celebrada en Roma entre los años 2013 y 2014.
- vv.aa. (2016). Trentino Alto Adige. Guide Verdi d'Italia, Touring Club Italiano.